13/11/13

PRIMERO HAY QUE SABER SUFRIR

En Sudán del Sur la relación con el sufrimiento y el disfrute es completamente diferente.
La gente no tiene esa necesidad de “bienestar ya” tan característica de occidente.
Acá la gente acepta lo que le toca, como le toca y cuando le toca. Y lo que viene después ya se verá.
Es así que la gente acepta someterse a largos periodos de escasez, aún cuando los recursos están disponibles pero no pueden ser utilizados.
Cuando este país se separó de Sudán (del Norte) en 2011, uno de los puntos claves en la negociación para la secesión fue dónde se ponía la frontera.
Resulta que en estas tierras hay petróleo, y mucho. Y los pozos están todos ubicados cerca de la zona de la frontera.
Al final, después de largos años de negociaciones, dispusieron el confín y la mayor parte de los yacimientos petrolíferos quedaron del lado del sur, pero el control de los oleoductos quedo a manos del norte.
Así que de este lado se saca y desde el otro se exporta.
Todo parecía bastante claro, pero fue ahí cuando surgió un segundo conflicto. Cuál es el canon que paga el sur al norte por cada uno de los barriles exportados a través de sus caños.
Desde Khartoum (capital de Sudán) se pedía inicialmente 20 dólares por cada uno (el precio de un barril de petróleo ronda los 100 billetes americanos), pero desde Juba (capital de Sudán del Sur) consideraban el precio excesivo y no aceptaban firmar el acuerdo.
Este nuevo país tiene como única fuente de ingreso la exportación de crudo. No tiene ninguna industria, no produce ni siquiera los alimentos que consume, importa absolutamente todo lo que se vende en sus mercados.
Es decir que este impasse en el acuerdo significaba un freno en la exportación, y un consiguiente alto al ingreso de divisas. O sea que se quedaban completamente parados, sin un centavo entrando, a la espera del acuerdo.
En el norte especulaban con que esta limitación los hiciera dar el brazo a torcer y aceptaran sus condiciones. Pero este país no funciona así.
Acá las cosas son como ellos quieren o no son. Y no hay nada que hacer.
Meses y meses estuvo detenida la producción, y no había solución en miras.
Al cabo de medio año finalmente fue el norte el que terminó cediendo y acordaron un precio fijo de diez dólares por barril.
Lo llamativo es que en este proceso el sur se pauperizó, vio reducirse sus reservas al mínimo, a su gente padecer la escasez de alimentos y morir (literalmente morir) por falta de recursos. Pero eso no era importante.
En estas tierras de creencias y valores tribales, el honor es lo más importante. Vale sin dudas más que la vida misma. Y nunca se cede, menos frente a un enemigo íntimo como es el gran vecino del norte.

Acá se sufre si hay que sufrir. Pero hay cosas que no se negocian.

28/7/13

LA DEMOCRACIA Y SUS CRÍTICOS

Cuando a fines de los 80s el politólogo americano Robert Dahl presenta su teoría acerca de la democracia establece una serie de principios que son los que la definen.La pregunta es: qué es una democracia y cómo se define?A lo que necesariamente surge una segunda pregunta, que es quién está preparado para aplicar este sistema.Inicialmente hay un principio categórico que es definir las reglas de inclusión, y cada uno de los que pertenecen tiene que poder formular sus preferencias y que estas sean consideradas por igual por el estado. Por lo que cada uno tiene que ser el mejor juez de sus propias preferencias, es decir que se presume la autonomía personal.A través de esto se establecen criterios, como la igualdad del voto, la autonomía de las decisiones y el derecho a participar de todos.Básicamente esto suena muy atractivo pero no deja de ser un modelo teórico con tinte utópico. Cosa que el bueno de Robert siempre supo. Por eso bajó un poco sus pretenciones y dijo que a lo que se puede aspirar es a la poliarquía, es decir el gobierno de muchos. Y eso es lo que entendemos en términos prácticos como democracia.Para esto la gente igual tiene que poder decidir sus preferencias y expresarlas libremente, tener una regla de inclusión clara y ser representado. Y que existan instituciones que controlen la agenda y sean independientes del poder.Esto ya suena un poco mas parecido, mas cercano a occidente hoy en día.Ahora mismo estoy en Trípoli, Libia, y estaba pensando en todo esto y en la posibilidad de instrumentar un sistema de estas características en este país.Después de más de 4 décadas de dictadura a manos de Khaddafi, en 2011 (curiosamente el 29 de julio, hace exactamente dos años) lograron derrocar al régimen y desde entonces están buscando un modelo político que sea viable.A priori se podría pensar que es el momento de dar el salto de calidad y migrar hacia un sistema más inclusivo, donde los ciudadanos empiecen a tener el poder de participar en el estado.Durante años desde Estados Unidos nos llenan la cabeza con el mito de exportar la democracia, de que es LA solución, la única solución posible.Pero si tomo un poco de distancia y recupero el significado de esto, no puedo más que dar un paso atrás y ponerlo en tela de juicio.Es que acaso la gente acá goza de fuentes de información diversas y plurales como para generar sus propias ideas? Suponiendo que así fuera, es que acaso puede efectivizarlas y lograr que un gobierno los represente? Existe un principio que determine la inclusión al sistema?A priori la respuesta es no, y la conclusión es que este, como tantos otros países africanos, todavía no está preparado para la democracia.Alguna vez escribí acá que en estos lados del mundo todo gobierno de apariencia símil republicana es infinitamente mas tóxico y mas dañino para la población que los Kingdoms (reinos) con dictadores que juegan a ser ese dios de la iglesia pero en un marco terrenal.Hoy acá vuelvo a corroborar mi idea.Para gobernar un lugar hace falta lograr un control mayoritario y homogéneo del territorio, ser legitimado por el pueblo y poseer el monopolio de la fuerza.Es que es posible pensar que un régimen electo en un territorio con tantas facciones distintas que se disputan el poder, sin una dirección institucional definida, con tantas y tan disímiles preferencias y sin una historia de construcción de poder mediante la alternancia es pensable?Un gobierno electo por una mayoría que bajo ningún concepto representa al resto va a tener muchas dificultades para ejercer poder, porque va a ser muy débil.En un país con la cantidad de recursos que tiene este (literalmente flota en petróleo), un gobierno lábil es una invitación al conflicto perenne.De todas formas hubo elecciones en 2011 y se eligieron a los miembros del parlamento y, a su vez, al primer ministro (Mahmoud Jibril), ganando la Alianza de Fuerzas Nacionales, un movimiento de perfil nacionalista liberal. Su misión era la de remodelar las bases políticas para la democracia.El problema es que la otra facción mayoritaria, la Sociedad de los Hermanos Musulmanes, no está tan convencida del proceso.En los países por los que pasó la “primavera árabe” se estableció una disputa de poder macro entre dos grandes grupos. Los panislámicos y los nacionalistas liberales. Obviamente con objetivos distintos.A los primeros los sostiene el dinero musulmán, que viene principalmente de oriente medio, y que tiene como objetivo el adoctrinamiento y alineamiento del pueblo a sus principios religiosos.Los otros representan un deseo de apertura de la población, pero son muy volátiles y dependen de los acuerdos que puedan generar con las potencias occidentales para sobrevivir o menos.Mientras tanto el “mundo blanco” espera al mejor postor, al que le ofrezca las mejores condiciones comerciales para saquear los recursos, pero eso siempre después de que se deshagan del “problema” de la gente.“Primero que se maten entre ellos y después vamos a saquearlos” sería el motto de los europeos.Y para agregar mecanismos de inestabilidad, también están las facciones independientes, que no responden a ninguno de los dos grupos, y que tienen su identidad y sus objetivos (o no los tienen) propios. Y que seguro no quieren someterse.Y todo en el marco de un país fuertemente armado como resultado de una revolución.Obviamente todo esto lleva a que el conflicto esté a flor de piel, que día tras día haya nuevos enfrentamientos, asesinatos, explosiones.Y en el medio de todo esto un montón de gente que no sabe muy bien qué necesita, que nunca nadie les enseñó a preguntárselo y que sólo espera acatar lo que determine el que manda. Donde el principio de derecho es la ley de la sharía y la mirada del otro es el peor juez.Entonces, en un panorama de estas caracterísiticas, volvemos a la pregunta inicial: está Libia preparada para una democracia?Quizás lo que necesiten sea otra cosa, aunque en occidente está mal visto hablar de eso, pensar en un líder que lleve al país a una transición menos violenta y más fluida.O es que acaso alguno supone que en las condiciones actuales la gente es genuinamente quien define sus preferencias y las ve representadas en el marco del estado?