2/6/08

LAS CUCARACHAS

Se dice que cuando uno convive con un gato, el animal (o sea el gato, no vos) es el amo de la casa y uno su huésped. Y este actúa con absoluta potestad sobre el territorio y no acepta de buena gana el hecho de ser relegado o desplazado.

Quien haya vivido con un felino comprenderá perfectamente de lo que estoy hablando.

En este lugar se puede decir que estoy experimentando una situación de similares características, en las que convivo no con uno sino con cientos de animales que actúan como amos y señores de la vivienda y para quienes yo no soy mas que un molesto intruso.

Los patrones de este sitio son, sin ningún lugar a dudas, las cucarachas. Las infinitas cucarachas que aquí habitan y que ocupan cuando espacio encuentren a disposición.

Al principio me dedicaba a poner ciertos objetos a resguardo, a impedir que caminaran sobre los cubiertos, los vasos o los platos, o que entraran y salieran de la basura a piacere. De a poco me fui dando cuenta no solo de que era una pelea perdida desde el principio, sino que además no me correspondía hacer tal cosa.

Así que ahora me dedico simplemente a convivir con ellas, lo que no es tan grave.

Si bien existe un rechazo generalizado ante tan magnánimos animales, yo no solo nos los desprecio sino que les admiro ciertas capacidades. De hecho hay pocos animales con tal poder de adaptación, mutación y tal poder de supervivencia a lo que fuera (bueno, casi lo que fuera, todavía no resisten un chancletaza). Resisten la radiación atómica, los insecticidas deben ser modificados constantemente porque se vuelven inocuos para ellas, se alimentan de lo que encuentran y se reproducen infinitamente. El mundo, al fin y al cabo, será habitado por seres como las cucarachas cuando todos los demás hayan perecido. Son el mito darwiniano....

Pero volviendo a nuestra convivencia, puedo decir que no me molestan porque no son animales particularmente tóxicos. No pican como los mosquitos, lo que los exime de malaria, no son transmisores de enfermedades ni contaminan la comida, sus huevos no infectan la piel, de hecho no se les puede adjudicar ningún daño particular.

Por lo tanto, decidí dejar de lado todo prejuicio y dedicarme a tener una feliz convivencia. De hecho abro mi cajón de los cubiertos y hasta las saludo.

Por qué no hacerlo si estoy visitando su casa, no ?

Pd.: de todas formas, para ser honesto, debo decir que el otro día, cuando abrí el cajón y asomó una de unos 30 centímetros puse un poco en duda toda esta teoría y me encargue de darle fin a su existencia con cierto resquemor....

2 comentarios:

Ayelén dijo...

Joe's Apartment ... un poroto.

FANSHAWE dijo...

no te imaginas cuanto....