9/10/08

DE POSICIONAMIENTOS Y OTRAS FORMAS DE VIDA

No puedo evitar pensar que existen dos tipos de personas, dos formas de encarar la vida claramente divisibles y que todos y cada uno de nosotros entra dentro de una de las categorias.

Estas son : los conformistas y los infelices.

Los primeros son los que viven sus vidas tratando de ser felices dentro del marco de lo posible y alcanzable, que consideran que lo que pueden tener es suficiente y que eso les permite ser felices y no necesitar nada mas, cuando en realidad estan negando el deseo, estan tapando aquello que saben que no pueden tener y creyendo que “lo que hay” es todo lo necesario.

Esto es ventajoso en un aspecto, porque les permite creer que la felicidad esta al alcance de la mano y pueden llegar a ella, y hasta estar contentos.

Esta sensacion de realizacion, de todas formas, siempre pende de un invisible hilo. La posibilidad de que un deseo genuino, por definicion inalcanzable, se destape y les nuble su esplendido porvenir es como una espada de damocles que pende sobre sus cabezas, y para peor no son siquiera capaz de verla. Es decir, sin que lo sepan, siempre estan en el borde del abismo.

Los otros son, en cambio, pasajeros de la angustia, siempre sumidos en deseos inalcanzables, esperando vivir vidas imposibles, sobre todo porque son siempre mas de una.

Saben que la felicidad es un anhelo imposible, y que sus logros no son ni remotamente alcanzables, por lo que pasan sus vidas esperando cosas que jamas sucederan, sabiendo que esto es un hecho inalterable.

Son mas profundos, sin dudas, entienden todo, pero la distancia que separa lo que quieren de lo que pueden tener, los obnubila.

Se pasan la vida preguntandose como hacer para que esa brecha desaparezca, pero dia tras dia se dan cuenta de la imposibilidad de esto. Igualmente no pueden cambiar, asi que nunca dejaran de buscar soluciones a problemas imposibles.

Lo terrible de esto es que no solo no es una eleccion, sino que ademas pertenecer a la esta segunda categoria hace imposible creer en la felicidad, porque la conciencia de su inasibilidad hace descreer de ella en terminos reales.

En estos terminos, todo indica que es mucho mas satisfactorio pertenecer al primer grupo, pero no lo es tanto si pensamos que esa gente es incapaz de cambiar las cosas, porque jamas tratara de buscar problemas sino siempre soluciones. Y los problemas son el motor del cambio. Entonces estos primeros jamas creeran que hay algo mejor mas alla del horizonte, de su horizonte.

Al final es como creer en dios. No es nunca una eleccion, pero si uno cree no se lo cuestiona. Esto es bueno porque da una suerte de reparo, de alivio, pero por otro lado es terrible, porque la idea de dios no resiste ningun analisis profundo.

Entonces si creemos en dios, la felicidad, la verdad o cualquier valor absoluto estamos acotando la mirada del mundo y nos perdemos de muchas cosas.

Y si no, estamos condenados a ser infelices para siempre.

Y ni siquiera podemos elegirlo....

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo, pero he de decirte que nosotros, y me meto en el saco de los infelices, conseguimos en nuestra ensoñacion de vida pequeños instantes de felicidad extrema que nos llegan cuando sabemos que hacemos lo correcto, siempre contra viento y marea, dandonos cuenta de que nos solemos quedar solos por nuestras decisiones, manteniendonos firmes en nuestras "creencias".
Sequiré siendo un lobo estapario.