29/8/08

61

del 17.08.2008

Pareciera que fue ayer, o también parece que fue hace tanto tiempo. Esos 61 que para mi no son tantos, sino solo 28, pero igual son muchos.
Las cosas ya no son como antes, muchas se perdieron, otras se rompieron, y eso deja marcas, cicatrices, que cierran pero no necesariamente sanan.
El tiempo y la distancia todo lo curan ? no lo sé, a veces creo que sí, otras que no tanto. Lo cierto es que, a esta altura, no quedan dudas de que cada uno eligió su propio camino, decidió cuál creía que era su mejor futuro, aunque eso no necesariamente involucre a los demás, aunque eso deje de lado a los otros.
Hoy, acá, a la distancia, levanto una copa y brindo por todos los años pasados, sobre todo por esos buenos, cuando estábamos todos, cuando todo era tan perfecto que parecía irrompible. Pero no, esos pequeños castillitos de cristal no pueden durar, todo se rompe tarde o temprano.
Entonces también por eso derramo una lágrima, por el dolor de las pérdidas, por saber que lo tuve y que no está más, y no solo lo que nunca va a volver, sino también eso que elegimos no seguir teniendo.
Sin dudas siempre quedara el dolor, y lo que tiene el dolor es que es el sentimiento más puro de todos, el que no puede ser impostado, el más genuino.
Entonces, en esto somos nosotros, los mismos de siempre, pero tan distintos.
Y, queramos o no, siempre vamos a estar unidos en el dolor.

1 comentario:

Betty Carol dijo...

Salen cosas muy buenas, tambien, cuando alguien escribe desde el dolor. Pero claro, a nadie le importa. Y está bien.