24/3/08

EL ÚLTIMO PACIENTE

Los dos últimos días acompañé a Dorit, la médica austriaca, a hacer las rondas, a visitar a los pacientes.

Había 9 en total, de los cuales 6 estaban por problemas de desnutrición, dos por sarampión y otro mas con un problema, distinto, mas grave.

No había un diagnostico claro, aunque sí una suposición. Se creía que tenia una embolia cerebral o algún otro tipo de daño en el cerebro.

Para asegurarse de esto, se fueron descartando las otras opciones posibles. Es decir, se lo trato contra la malaria, el sarampión, la epilepsia, la hipoglucemia.

Todos los tratamientos fallaron y el paciente no mostró respuesta alguna. De hecho estaba absolutamente inconsciente, cual cuerpo muerto, solamente que respiraba por sus propios medios aunque con dificultad.

En una condición crítica, se esperaba con resignación su muerte.

Lo terrible es que este era un chico de 3 años que aparentaba buena salud en su aspecto, ya que no tenía síntomas de desnutrición ni problemas en la piel, hasta tenía bien el pelo, cosa que no sucede en general en los casos que se presentaron.

Indefectiblemente su condición era terminal, porque con los medios presentes era imposible efectuar un diagnostico exacto y menos aplicar el tratamiento pertinente.

Según la médica, lo que era preciso hacer era una tomografía para especificar el diagnostico y después llevarlo a cirugía. Obviamente esto no es posible en el medio de Kercha, donde gracias si hay un centro sanitario.

Entonces solo quedaba verlo ahí al chico, viendo como se le pasaban las horas sin reaccionar, cada vez con menos posibilidades...

Esta es la terrible realidad de este lugar, donde la gente vive o muere como si nada, la vida no vale nada.

Pero para negociar con este terrible destino, la gente tiene una relación con la muerte muy distinta de la occidental. No la viven como algo terrible sino como un hecho del destino. Están fuertemente condicionados por una religión que los impulsa a la total resignación y aceptación de esto.

Entonces unos mueren y otros viven, cuando viven y lo que viven, y todos lo toman a esto como el normal desarrollo de las cosas.

No hay velorios ni grandes pompas fúnebres. A la hora de la muerte se toma el cuerpo, se hace un hoyo en la tierra y se lo mete dentro. Y generalmente esto es al lado de las casas, por lo que esta gente convive constantemente con sus muertos.

Aquí la vida y la muerte son solamente distintos estadios, y no se vive el tránsito con dolor, no se lo toma como una pérdida. Es simplemente la realidad de las cosas.

"Sunt lacrimae rerum et mentem mortalia tangunt" (Estas son las lágrimas de lo que es y la realidad de la muerte nos rompe [el corazón]).

2 comentarios:

Unknown dijo...

Uno estos relatos con las fotos que publicadas.

Muy fuerte, muy profundo verlo, me imagino mucho mas vivirlo.

No me encuentro en un estado objetivo, todo me afecta el doble por estar esperando un hijo, por lo que por ahora solo quería comentar la sensación tan honda e inexplicable que siente uno con esas fotos y relatos.

Ana Allevato.
Neuquén - Argentina

Anónimo dijo...

En occidente tenemos el lujo de poder pensar que aquello que hacemos puede cambiar en cierto sentido, modificar, incluso doblegar nuestro sentido. Racionalismo socrático. Optimismo. Tenía razón Nietzsche en decir aquello de que había que abrazar la muerte? que aceptar nuestro destino? seguramente en ese caso sí. De todas maneras, según he oído (que conste que esty corroborando con opiniones autorizadas) lo que ocurre allí es que de alguna manera creen que sus muertos están en algún otro lugar, que el tiempo, en vez de ser una linea como aquí, es más bien como el espacio, y hay periodos de tu vida en los que estás con las personas y periodos en los que los caminos se separan. Un consuelo metafísico más.

Quizá es como comparar las creencias de un vikingo con las de un romano, y entonces es absurdo, pero bueno, quizá se me pueda arrojar luz.

¿te da rabia ver eso y te jode que no se pueda cambiar o simplemente lo aceptas como su opción vital lo respetas? ¿o ambas?

Un saludo!