24/3/08

EL SEÑOR DE LAS MOSCAS

Una de las principales particularidades de este lugar es la cantidad de moscas que hay. Miles por todos lados todo el tiempo, indiscriminadamente, y se posan sobre todo y todos. No hay lugar en el que ponerse a resguardo, ya que invaden cada ambiente.

Al principio llama mucho la atención ver como están sobre todo el mundo, sobrevolando cuanta cosa se mueva, pero después uno empieza a acostumbrarse, a darse cuenta de que también nos sobrevuelan, y hasta a ser indiferente frente a ellas. A actuar como si no estuvieran, siendo impasibles frente a sus constantes embates.

De esta forma es que todos los chicos están, como en las fotos de National Geographic, siempre rodeados de ellas, con la cara llena, caminándoles sobre pómulos, ojos, nariz.

En términos occidentales esto da una impresión de suciedad y pobreza, y es probable que sean perfectamente asociables, pero tiene mas que ver con el hecho de que África es un continente plagado de estos insectos que con otra cosa. De hecho aun estando limpio, bien alimentado y bien vestido, las moscas me están encima sin parar.

Con el tiempo uno va también aprendiendo técnicas para matarlas, siendo una de mis favoritas esperar que se posen sobre un vidrio y con una botella de agua mineral vacía estamparlas. Esto es bastante eficiente porque al ser ambos elementos transparentes no se dan cuenta de que están atrapadas y del destino que les espera. El problema es que dejan su impronta sobre el vidrio.....

De hecho levanto la vista, miro la ventana delante de mí y me encuentro con cadáveres por todos lados....

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